Si por alguna circunstancia su barco tiene que estar totalmente parado, ya sea dentro o fuera del agua, realice una serie de revisiones sobre cada una de las partes de la embarcación con el objetivo de que todo quede perfectamente a punto para cuando llegue el momento de volver a zarpar.
Cubierta
La cubierta es la superficie que estará más a la intemperie durante los meses en los que la embarcación se encuentre parada, por ello es la parte que más puede sufrir y, en consecuencia, es la que más atención requiera en nuestra revisión previa.
La superficie de cubierta debe ser perfectamente estanca, de forma que no deje pasar ni una gota de agua al interior. Por ello es fundamental que en la limpieza de cada zona incluyamos una pormenorizada revisión para comprobar que no deja pasar agua.
Cada parte de cubierta será lavada con agua dulce: escotillas, portillos, molinete, jarcias… Es importante desmontar todos los elementos para conseguir una limpieza profunda. Airear bien cada cofre tras su vaciado y lavado resulta fundamental para mantenerlos en correcto estado.
Revisaremos cada polea, engrasando aquellas que así lo necesiten, aplicando además un anticorrosivo. Comprobaremos el estado de los guíacabos y de las cornamusas donde se fijan las amarras, tratando de detectar cualquier holgura, tornillo flojo, puntos de roce…
Nos fijaremos también en el estado del ancla, así como en su unión a la cadena y a los grilletes; verificando que la cadena corre libre por la roldana y prestando especial atención al molinete de anclas, del cual controlaremos el nivel de aceite y comprobaremos que se libera y que bloquea correctamente la cadena.
No estará de más echar un vistazo a elementos como la escalera de baño, la pasarela, la barandilla… pueden necesitar una mano de pintura o barniz.
En el caso de un velero, es de suma importancia que se revise cada costura, que se laven bien con agua dulce, que se dejen secar bien al aire libre (sin la acción directa del sol, a poder ser) y que se doblen correctamente antes de meterlas en el correspondiente saco.
Después de meses utilizando nuestro barco siempre que hemos dispuesto de algún tiempo libre, por corto que fuera, es normal que el interior se encuentre ahora repleto de peroles. Limpiarlo se convertirá por tanto en una ardua tarea en la que siempre es recomendable vaciar para empezar desde cero, lo que facilitará la labor.
La parte más baja del barco es la que mayor suciedad suele acumular y esta suciedad siempre puede ser motivo de problemas que pueden acarrear serias consecuencias. Por ello es importante que la inspeccionemos perfectamente, después de haber retirado todo lo que sobre ella teníamos. Enjuagaremos toda esta parte más baja con agua y jabón y la secaremos a conciencia, vigilando que no quede en ningún lugar restos de óxido ni de aceite.
Revisaremos los grifos de fondo, las válvulas y las bombas de achique. Una vez estemos totalmente seguros de que la sentina está totalmente limpia y revisada, la taparemos.
Algo similar haremos con los cofres, los cuales deberán dejarse abiertos durante unas horas después de su limpieza, con el fin de evitar los malos olores.
Uno a uno iremos limpiando y secando perfectamente cada objeto que extraigamos del interior de la embarcación. Es muy importante que prestemos especial atención a cortinas, tapicerías… todos los tejidos, si los lavamos debemos estar totalmente seguros de que están perfectamente secos antes de cerrar el barco, ya que de otra forma la humedad se apoderará de todos ellos de inmediato.
En cuanto a la documentación y papeles importantes, siempre es recomendable sacarlos del barco, evitando que pase largas temporadas en un lugar donde con seguridad acabará por estropearse con la humedad. Si no nos fuera posible, lo más adecuado será colocar estos papeles entre los libros, verticalmente y evitando en todo momento que les pueda dar el sol de forma directa.
Una zona que requiere de un interés especial es la cocina. Y dentro de ella, la nevera, dejar cualquier restos de comida olvidados es uno de los mayores errores en los que podemos caer; por ello la vaciaremos y limpiaremos a conciencia, vigilando que el orificio de drenaje se encuentre en perfectas condiciones.
Aquí la grasa es algo siempre presente. Por ello pondremos un especial cuidado en su limpieza, teniendo en cuenta que si lo dejamos para más adelante siempre nos supondrá más trabajo. Lo más adecuado es proceder a desmontar las hornillas, con lo que podremos limpiar incluso los rincones más escondidos, que es donde suele acumularse más grasa.
El baño requerirá de una serie de precauciones. Es recomendable que para eliminar la suciedad, preparemos una cazuela con agua caliente sobre la que echaremos un buen chorro de vinagre; este líquido se vierte en el inodoro y se deja actuar durante aproximadamente media hora, pasado este tiempo se deberá echar agua dulce en abundancia; sin lugar a dudas ésta es una forma segura de eliminar la suciedad.
Algo de suma importancia que debemos tener presente es que el agua potable se estropea si permanece durante mucho tiempo parada, puede llegar a formar hongos y gérmenes; por lo que no la dejaremos en el depósito por largo tiempo. Conducciones, bombas, llaves y el propio depósito deben ser limpiados con abundante agua dulce y secados convenientemente.
No estará de más que realicemos una revisión de todas las puertas de la embarcación, comprobaremos el estado de las cerraduras y picaportes.
Si se va a estar mucho tiempo parado, los equipos que sean portátiles o desmontables deberán ser sacados del barco, asegurándonos así de que se encuentran en un lugar perfectamente seco (y también seguro).
Los sistemas de comunicación y de posicionamiento llevan una antena que siempre va ubicada en el exterior. Como es natural, esta antena funciona como un perfecto pararrayos, lo que supone un peligro evidente y constante. Dicho esto, hablar de la gran importancia de desmontar esta antena y guardarla es algo más que obvio.
En la medida de lo posible extraeremos cada elemento electrónico, limpiándolos con una esponja empapada en agua dulce y secándolos convenientemente para evitar cualquier posibilidad de oxidación.
En las partes metálicas móviles (soportes), aplicaremos un poco de grasa, también para evitar el riesgo de oxidación.
En el caso de la sonda y de la corredera, el trabajo a realizar se basa en la limpieza exterior de la caja del equipo, con el objetivo de retirar los excesos de sal. El anemómetro se desmontará con sumo cuidado, dejando tapada la conexión del palo.
Especial precaución pondremos en el caso del piloto de bañera; éste permanece sin protección alguna ante los ataques del mar, lo que produce que se llene de sal que va deteriorando las juntas tóricas. De esta forma, se pierde toda protección del interior, permitiendo el ataque del óxido. Rociemos todo el equipo con agua dulce y recubramos las juntas con silicona. Al panel de mando le pasaremos una esponja humedecida igualmente con agua dulce y los contactos serán protegidos con productos especiales.
Material eléctrico
El material eléctrico al que debemos prestar mayor atención es a las baterías. En primer lugar consideraremos el tipo de baterías de la que disponemos.
Si se trata de una batería moderna la dejaremos en el barco, para ello deberán estar perfectamente cargadas y verificadas. Limpiaremos las conexiones y los bornes, aplicándoles grasa con el fin de evitar la oxidación.
Si disponemos de desconector de baterías, las dejaremos desconectadas, para evitar la descarga. Si no se dispone de éste elemento lo que haremos será retirar las conexiones.
Se estima que las baterías pierden entre un 20 y un 30% de su capacidad en un plazo de entre 6 y 8 meses. En caso de que nuestras baterías no sean tan modernas, deberemos desmontarlas y retirarlas de la embarcación, tras ello tendremos dos opciones: llevarlas a un mecánico que nos las mantenga o que nos las cambie por unas nuevas cuando llegue la hora de volver a navegar; o bien guardarlas en nuestro domicilio, donde deberán permanecer al abrigo del frío, del calor y de la humedad.
Como norma cortaremos la alimentación eléctrica; tras lo cual revisaremos el panel eléctrico, los portalámparas y la toma de corriente. Todo ello se limpiará con productos anti óxido o grasa siliconada.