La osmosis es un proceso de degeneración que se produce en el estratificado de fibra de vidrio. Es el resultado de una reacción química entre el agua y las sustancias en el interior del casco. El agua penetra en el casco a través de gelcoat y, una vez en el interior, reacciona químicamente creando sustancias ácidas. Estas sustancias ejercen una presión sobre el interior del gelcoat, que dan lugar a la aparición de ampollas y, finalmente, grietas. Cuando el gelcoat se ha agrietado de esta manera, el laminado subyacente puede absorber el agua como una esponja. Este fenómeno puede compararse con la aparición múltiple y progresiva de caries en una dentadura joven.
Para entender bien el origen del fenómeno es importante tener una mínima idea de cómo se construye un casco de fibra. Primero se aplica al molde la cera que facilitará el “despegue” del casco una vez terminado y luego una serie de manos de gel coat que es una resina pigmentada que dará al casco su color y acabado. A él le sigue el material de fibra de vidrio saturado en resina de poliéster. Es en esta matriz de fibra de vidrio en la que comienza la dañina caries en forma de diminuta ampolla cuando el agua se cuela a través del gel coat. Pequeñísimas cantidades de agua penetran la fibra de vidrio y comienzan a disolver las sustancias químicas que se encuentran en ella, generalmente la resina que no ha curado los contaminantes del proceso de construcción. La solución acuosa resultante induce el paso de más agua, a través del gelcoat, por ósmosis. A medida que ingresa más en el agua la presión va en aumento, hasta que finalmente la ampolla toma forma afectando al laminado del área que ocupa. Luego se forman más ampollas y el proceso va pasando por diferentes estadios: al principio constituye un mero trastorno y al final se convierte en un problema de integridad estructural del casco.
¿Cuándo puede producirse?
El tiempo exacto transcurrido antes de que se produzca la ósmosis depende de muchos factores, entre los que cabe incluir el tipo de agua donde la embarcación está amarrada, la temperatura del agua y, el más importante, la calidad de construcción original del casco. En algunos casos las impurezas reactivadas en el gelcoat y en el laminado producen ósmosis en una temprana fase de la vida de la embarcación. Este es un problema estructural atribuible al constructor del barco. Aproximadamente el 15 por ciento de los casos de ósmosis se deben a esta causa que, normalmente se hace evidente antes de los primeros años de vida del barco. Exceptuando este inconveniente específico, en el resto de los barcos su presencia estalla, a veces, rápida y tempranamente y otras, luego de muchos años, pero el hecho es que aún hoy, mientras se dispone de avanzada tecnología, nadie puede predecir cuándo y en qué casco harán su aparición.
¿Aparece inevitablemente en todos los barcos de fibra?
Cualquier casco que no esté protegido es susceptible de presentar señales de ósmosis como el óxido en un automóvil. Cuando la industria náutica deportiva comenzó a lanzar las primeras embarcaciones de fibra de vidrio nadie pensó ni imaginó que el gelcoat podría ampollarse debido al fenómeno de ósmosis, ya que se lo suponía un material totalmente impermeable que mantendría secas para siempre las resinas y fibras subyacentes. No obstante, estas misteriosas ampollas aparecen en algunas embarcaciones y más misteriosamente aún, no lo hacen en otras.
¿Sólo la genera la humedad que proviene del exterior?
La ósmosis no sólo es causada por el agua de la parte exterior del casco, el agua de la sentina también puede causarla. En consecuencia, vale la pena hacer un esfuerzo para mantener las sentinas secas.
¿Cómo se reconoce?
Las ampollas son la principal señal de alarma y cuando se detectan hay que proceder a un inmediato examen profesional. El tamaño de las ampollas puede varias desde el de la cabeza de un alfiler hasta superficies tan grandes como la palma de la mano. La presencia de cualquier líquido en el interior de las ampollas es indicio de un problema potencial. Si el líquido tiene un sabor / olor agrio, avinagrado o si cuando se refriega entre los dedos índice y pulgar es graso o pegajoso, la probabilidad de que se produzca ósmosis es elevada. Antes de realizar cualquier tratamiento es necesario establecer cuál es la causa del problema. Esto confirmará si hay que eliminar todo el gelcoat o si una reparación localizada ya es suficiente. Ésta es la razón por la cual es esencial el asesoramiento profesional.
¿Qué otro indicios pueden estar anunciando la ósmosis?
Grietas en forma de estrella. Este efecto puede producirse cuando el gelcoat es quebradizo. Estas grietas finas suelen deberse a flexiones violentas o a daños como consecuencia de impactos que permiten que el agua se filtre hacia el laminado.
Agujeros del tamaño de un alfiler. Las burbujas diminutas presentes en el gelcoat reducen la eficacia de éste y facilitan una rápida absorción de agua.
Fibras sobresalientes. Algunas veces estas fibras se observan sobresaliendo por debajo o a lo largo del gelcoat y pueden producir “mechas” por donde el agua pasa al interior del casco por acción capilar.
Polimerización deficiente del gelcoat. Se produce en aquellos puntos donde la resina del gelcoat se ha mezclado incorrectamente o cuando se ha aplicado en condiciones inadecuadas y no ha polimerizado correctamente. Esto produce porosidad y pueden facilitar la penetración del agua.
¿Todas las ampollas indican presencia de ósmosis?
Algunas ampollas se producen por razones distintas a la ósmosis. A menudo son visibles en forma de erupciones de pequeñas ampollas del tamaño de cabezas de alfiler o hinchazones, bien en puntos localizados (frecuentemente alrededor de la línea de flotación) o bien en toda la viva de la embarcación. Estas ampollas son a menudo difíciles de romper. Una vez rotas y abiertas, están secas y no producen ningún olor ya que pueden deberse a bolsas de aire. Éste no es un problema serio pero en cualquier caso siempre hay que comprobar el nivel de humedad del casco antes de iniciar cualquier tratamiento.
¿Cómo se previene?
En las embarcaciones nuevas la prevención se logra mediante la aplicación de una capa de aislamiento llamada barrier coat. En la actualidad la mayoría de ellas salen de los buenos astilleros contando con ese tratamiento y una garantía contra la ósmosis de diez años. Es muy importante leer detenidamente la garantía porque el comprador se verá obligado a tener especiales cuidados para que el tratamiento no se vea afectado durante dicho período sobre todo al efectuar tareas de mantenimiento que requieran lijados, siendo el arenado materia prohibida. Si la unidad a comprar no cuenta con ella, no está demás averiguar si el constructor utilizó resinas resistentes al referido fenómeno osmótico –generalmente se utilizan de base vinílica (vinylester)-. Pero si usted quiere dormir tranquilo tomando el toro por las astas, entonces lave el casco con un disolvente específico de ceras, líjelo concienzudamente y luego aplique las manos necesarias de resina epoxi recomendada por fabricantes de primera línea. Para asegurarse de que toda la superficie quede cubierta se utiliza en cada mano material de un color contraste con el de la mano anterior. Es fundamental seguir a rajatabla las recomendaciones del fabricante y asegurarse de que el casco esté libre de cera, polvo y cualquier otro contaminante antes de aplicar la resina. Generalmente la “barrera” se logra con una superficie de 900 micrones de espesor (5 manos de 150 micrones) siendo muy práctica y recomendable la aplicación con rodillo siguiendo el método de “húmedo sobre mordiente”. Algunas resinas epoxi tienen un tiempo fraguado muy rápido por lo que, debido a su alto precio, es conveniente mezclar ambos componentes en dosis medicinales hasta que se le haya tomado la mano al producto. Se trata de una tarea compleja que exige cierto nivel de especialización por parte de los técnicos y la utilización frecuente de instalaciones adecuadas. No obstante, si quiere realizar el trabajo usted mismo, puede hacerlo, siguiendo los pasos que se detallan a continuación:
- Dejar secar totalmente antes de ser reparado. Por “dejar secar” debe entenderse dejar que el agua se evapore totalmente del laminado, que también esté químicamente seco y que el pH de la superficie sea lo más neutro posible. Cualquier resto de humedad que el casco retenga se verá atrapado por el sellado de la “barrera” si éste se aplica prematuramente, por lo que el problema quedará subyacente. En el primer mundo existen sistemas artificiales para acelerar el secado, como superficies aspirantes, calefactores especiales, dispositivos combinados como el Hot Back, etc. Estos equipamientos no existen en nuestro país, por lo que el proceso deberá ser realizado con métodos naturales. Ármese de paciencia, pues el secado puede demorar meses. Desde ya asuma que no dispondrá del barco durante ése verano, única estación de año en que en nuestra latitud puede lograrse el objetivo.
- Eliminar completamente la capa del gelcoat. Para ello pueden utilizarse sistemas como el arenado, el hidroarenado, la abrasión con microesferas, o la utilización de una fresadora eléctrica llamada Gelplane. En el caso por decidirse por el arenado o el hidroarenado averigüe si podrá hacerlo en su varadero y en caso afirmativo en qué momento, pues algunos no lo permiten hasta comenzado el verano, cuando ya han ido al agua la mayoría de los barcos que están en mantenimiento para la temporada. En el caso de arenar, asegúrese de haber protegido todo mecanismo y parte expuesta de la arena, tanto de la obra viva (trasductores, correderas) como del resto (molinetes, cabrestante) que puedan ser afectados por ella, taponando todo orificio o rendija por la que pueda penetrar. Si puede, confeccione una carpa de polietileno que aísle el área de trabajo. Esté presente durante el proceso para asegurarse que el material gelificado sea removido totalmente evitando que se quite material del laminado en buen estado y reduciendo la resistencia estructural del casco.
- Lavar la fibra expuesta con agua a presión. Una vez eliminado el gelcoat realice este procedimiento por lo menos dos veces por semana para enjuagar el material que el casco está exudando.
- Dejar secar el casco. Este es el paso más crítico para asegurar que la ósmosis ha desaparecido. Es conveniente realizar un proceso exhaustivo de limpieza y secado en esta fase y no utilizar productos que contengan disolventes como se hace en otros sistemas. La experiencia ha demostrado que la retención del disolvente constituye una amenaza real cuando se utilizan pinturas epoxi normales que contienen disolventes, ya que puede provocar la reaparición de la ósmosis antes de lo esperado. Asegúrese de que la cirugía del barco quede lo más perpendicular posible a la trayectoria del sol, de lo contrario desperdiciará energía solar y tiempo. En caso de que el piso del varadero sea de un material que no refleje el calor del sol, por ejemplo pasto, coloque debajo del casco algunas chapas de zinc facilitando de esa manera la convección.
- Consiga un medidor electrónico de humedad (higrómetro) por contacto y controle periódicamente los valores. Antes, identifique los lugares del casco tras los que hay elementos metálicos: tanques de combustible, cañerías, vela de timón, etc, pues el instrumento se verá afectado por ellos indicando, erróneamente, valores altos. Para familiarizarse con este problema tome un trozo húmedo de madera, mídalo, colóquelo luego sobre una superficie metálica y vuelva a medirlo comparando los valores obtenidos, durante la medición no arrastre el instrumento por la superficie del casco pues rayará la delgada lámina de dieléctrico del circuito impreso que oficia el sensor, dañándolo.
- Aplicar resina epoxi sin disolventes. Cuando el valor porcentual de humedad de las diversas partes de la obra viva sea el 14% o menor, usted podrá entonces comenzar el tratamiento utilizando preferentemente productos de una misma línea de calidad reconocida, cuyos fabricantes, normalmente, brindan asesoramiento. Tenga en cuenta que las resinas epoxi que se utilizan en la manos de éste programa, como el “gelshied plus” de internacional o similares, son de alto espesor, bastante costosas y difícil de conseguir en nuestro país, y no son las mismas que se usan formar la “barrera” de prevención en los casco nuevos o en el tratamiento individual de las ampollas de tallado anteriormente, como el “gelshield 200” del mismo fabricante, que en realidad es una imprimación epoxi contra la ósmosis. Ninguna de estas resinas debe ser disuelta bajo ningún concepto. Una vez aplicada la primera mano con rodillo y pincel para extender conveniente el producto y rellenar todos los huecos, se puede masillar hasta que el casco recupere su forma original.
- Luego de la masilla aplicar tres manos de resina epoxi de alto espesor y dos manos de imprimación epoxi. Una capa debe ser aplicada a continuación de la otra y en lo posible usando el método “húmedo sobre mordiente” o bien lijando entre manos hasta hacer desaparecer el brillo, en el caso de que se haya excedido el tiempo entre mano y mano. Si se ha dejado pasar una noche entre manos preste mucha atención a la posible formación de una delgada película, como de transpiración, sobre la superficie, “llamada transpiración de aminas”. De ser así lave con detergente y agua tibia enjuagando luego y dejando secar. Una vez que haya dado la segunda mano de imprimación epoxi el tratamiento habrá terminado y podrá comenzar con el antifouling.
Cuando un barco es sacado a tierra suele suceder muchas veces que se aprecien en casco o en el timón algunas ampollas esporádicas, pero que el gelcoat se presente parejo y liso, sin evidencias de mayor daño en él. En ese caso puede convenir tratar cada ampolla individualmente demorando así por unos años más el costoso tratamiento integral. No bien el barco esté en tierra marque de inmediato las ampollar y toda fisura en forma de estrella antes de que drenen el líquido que contienen y se resuman, volviéndose difíciles de identificar. Luego ábralas y con la minuciosidad de un odontólogo elimine todo el material afectado (tiene aspecto de gel) raspando hasta que no encuentre signos de daños en el laminado. Lave bien los huecos con agua natural y déjelo secar, lo que puede demorar desde unos días hasta varias semanas. Si la ampolla era grande y el drenaje continua lave el hueco con agua hasta dos veces por semana para retirar los restos del liquido que drena, generalmente ácido, y mantener así el pH de la superficie lo más neutro posible. Cuando los orificios hayan secado, lo primero será sellar convenientemente el laminado con resina epoxi de baja densidad para que penetre la superficie y la deje preparada para recibir la masilla epoxi que rellenará el hueco. Una vez realizado esto último sólo quedará una lijada de terminación y reponer el antifouling.
Ojo con la sentina. Sobre todo si a ella va el agua de las duchas ya que junto a los líquidos derramados involuntariamente, producto de fortuitas perdidas del motor o caja (gasoil, aceite fluido hidráulico), formará una solución acuosa de disolventes aún más agresivos, que llegará finalmente al interior de la fibra. Por ello es muy importante sellar también las sentinas con resina epoxi por lo menos hasta el nivel al que podría llegar ocasionalmente el agua acumulada ella.
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